Oración de silencio

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Dios puede querer simplificar nuestra oración. Puede querer que guardemos un silencio absoluto. Porque de la misma manera que oramos con palabras o con pensamientos, podemos orar con el silencio. Sin embargo, no todos aprueban este tipo de oración. Muchos piensan que el tiempo usado en orar con el silencio es un tiempo perdido, porque no ocurre nada. Sin embargo, la permanencia silenciosa ante el Santísimo Sacramento o ante la imagen de la santísima Virgen María, es una forma de orar bastante avanzada. C. de Foucauld escribió: «Orar significa mirar a Jesús amándolo». Este tipo de oración puede adquirir la forma de la llamada oración de la sencillez, o de la simple mirada. Sí estás con alguien, y tienes que entretenerlo con palabras, eso significa que, en un grado mayor o menor, se trata de una persona extraña para ti. Porque cuando estás con una persona cercana, puedes guardar silencio sin que ese silencio sea molesto. Es precisamente el silencio, tan elocuente en su sencillez, el criterio de la estrecha relación que une a dos personas. Jesús desea que en su presencia sepamos guardar silencio, que sepamos mirarlo y estar con él sin palabras superfluas. (Tadeuz Dajczer, Meditaciones sobre la fe).