¡Ojalá que fueses digno de padecer algo por el nombre de Jesús! ¡Cuán grande gloria te resultaría! ¡Cuánta alegría a todos los Santos de Dios! ¡Cuánta edificación sería para el prójimo!
Todos alaban la paciencia, pero pocos quieren padecer.
Con razón debieras sufrir algo de buena gana por Cristo; pues hay muchos que sufren graves cosas por el mundo.
Imitación de Cristo, 2, 12