La obediencia perfecta a la ley moral, que encontramos escrita en nuestros corazones y percibimos como necesaria incluso a nivel biológico, no es posible para el hombre. Pero esto no debe utilizarse como un medio más para evadirla.
La obediencia perfecta a la ley moral, que encontramos escrita en nuestros corazones y percibimos como necesaria incluso a nivel biológico, no es posible para el hombre. Pero esto no debe utilizarse como un medio más para evadirla.