Naturaleza de la vida en Cristo II

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Por esto dice el Apóstol San Pablo, escribiendo a los Gálatas: «Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores de parto hasta ver a Cristo formado en vosotros». Con esta diferencia: el embrión no tiene conocimiento alguno de esta vida, y a los santos se les clarean ya muchas cosas del futuro. Aquél no goza aún de una vida, que le es totalmente futura, ni un rayo de luz penetra en las tinieblas, ni ha gustado nada de lo que esta vida constituye. No pasa así con nosotros: fundidos y fusionados futuro y presente, nos alumbra cariñoso aquel Sol y desciende a nuestra arcilla pestilente un perfumado bálsamo celestial, dando a los hombres Pan de ángeles.

La vida en Cristo, libro I