San Juan de la Cruz distingue en el hombre dos tipos de unión con Dios: 1.- La unión natural o unión esencial a la substancia.
2.- La unión sobrenatural o unión de semejanza. Es la unión y transformación del alma con Dios cuando viene a haber semejanza de amor. La unión mística del alma con Dios es la culminación de esta unión de semejanza:
«… las dos voluntades (…), la del alma y la de Dios, están en uno conformes, no habiendo en la una cosa que repugne a la otra. Y así, cuando el alma quitare de sí totalmente lo que repugna y no conforma con la voluntad divina, quedará transformada en Dios por amor. (…) De donde, aunque es verdad que, como habemos dicho, está Dios siempre en el alma dándole y conservándole el ser natural de ella con su asistencia, no, empero, siempre la comunica el ser sobrenatural. Porque éste no se comunica sino por amor y gracia, en la cual no todas las almas están, y las que están, no en igual grado, porque unas están en más, otras en menos grados de amor. De donde a aquella alma se comunica Dios más que está más aventajada en amor, lo cual es tener más conforme su voluntad con la de Dios. Y la que totalmente la tiene conforme y semejante, totalmente está unida y transformada en Dios sobrenaturalmente»
Subida al monte Carmelo, libro 2