Mi gran fuerza consiste en conocer mi debilidad y miseria, y mi debilidad en creerme fuerte. No soy nada, no puedo nada por mí mismo; cuanto mejor lo comprenda, mejor lo sentiré y más fuerte seré. El mayor de los santos es aquel que mejor comprende su nada. En todas las cosas estoy hecho a todo, dice San Pablo, porque todo lo puedo en Aquel que me conforta. La ilusión más obstinada del hombre es querer contar consigo mismo. Esta presuntuosa confianza sólo se cura con caídas, cuando puede curarse. (José Tissot, La vida interior)