Como te das cuenta, Cristo hoy cumplió cuatro cosas: lavó los pies de los apóstoles, les entregó su cuerpo y su sangre, les brindó un largo y precioso discurso, y oró al Padre por ellos y por todos los que creerían en El. Es lo que hace hoy la iglesia universal, para la cual Cristo preparó hoy en el monte Sión un banquete espléndido y suntuoso, con una doble riqueza: interior y exterior, y abundante: La Cena del Señor.