La santidad no consiste en decir cosas hermosas, ni consiste siquiera en pensarlas o en sentirlas… consiste en sufrir y en sufrir toda clase de sufrimientos. ¡La santidad hay que conquistarla a punta de espada! Hay que sufrir… hay que aguantar.
La santidad no consiste en decir cosas hermosas, ni consiste siquiera en pensarlas o en sentirlas… consiste en sufrir y en sufrir toda clase de sufrimientos. ¡La santidad hay que conquistarla a punta de espada! Hay que sufrir… hay que aguantar.