La Sagrada Escritura, un encuentro con Dios

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Cuando lees la Sagrada Escritura para profundizar tus conocimientos, estás dándole el trato de un objeto. Al tratar la Sagrada Escritura como un objeto, se puede decir que se la trata como «algo». De la misma manera tratamos la Sagrada Escritura cuando la abrimos al azar y buscamos en el texto la respuesta a una pregunta concreta o la solución a los problemas que tenemos. Algunas veces Dios sale al encuentro de esas necesidades, y, efectivamente, algunos reciben por esa vía la luz o la respuesta que buscan. Pero no basta con tratar la Sagrada Escritura como un objeto. Nuestra actitud frente al texto inspirado y revelado, ante la Sagrada Escritura, debe ser, sobre todo, la actitud hacia un sujeto. Y es que la Sagrada Escritura no es solamente «algo», sino, ante todo, es «alguien». Cristo, que vive y está presente con nosotros de la manera más plena en la eucaristía, vive y está presente también, aunque de otra manera, en la Sagrada Escritura. (Tadeuz Dajczer, Meditaciones sobre la fe).