La piedad es el gran deber que resume todos los deberes, es la gran virtud, la virtud general de donde fluyen y adonde van a parar todas las virtudes. Comprendo a San Pablo cuando dice de ella que es útil para todo y lleva consigo las promesas de la vida presente y de la futura . Comprendo que diga que, aunque sólo tuviese lo necesario, tengo, sin embargo, un gran tesoro si tengo la piedad. (José Tissot, La vida interior)