“¿Y cuál es la fuerza de los hombres? ¿Cuál es la fuerza del hombre? La de la viuda (del Evangelio que pide justicia): tocar el corazón de Dios, tocar, pedir, lamentarse de tantos problemas y tantos dolores y pedirle al Señor la liberación de estos dolores, de estos pecados, de estos problemas. La fuerza del hombre es la oración y también la oración del hombre humilde es la debilidad de Dios. El Señor es débil solo en esto: es débil ante la oración de su pueblo”.
Homilía Santa Marta 6 Noviembre 2013