La dulzura del fuego del amor

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Hay que comprender bien la naturaleza de este fuego que es en sí mismo fuerza y dulzura. En el mundo de las cosas de Dios los contrarios se juntan cuando son llevados a su paroxismo. Así, el sufrimiento de Cristo en la cruz era un abismo de desamparo, pero en el fondo era también un abismo de Gloria y, por tanto, de alegría. Basta mirar la Virgen de ternura de Wladimir para comprender que en María se da al mismo tiempo el Calvario y el Tabor; Viernes Santo y Pascua. (Lafrance J, Mi vocación es el amor).