Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Debemos preguntarnos qué significa el que Nuestro Señor enviara una sola vez el Espíritu Santo cuando vivía en la tierra y otra cuando ya reinaba en el Cielo, pues en ningún otro lugar se dice claramente que fue dado el Espíritu Santo sino ahora, y después, cuando desde lo alto descendió sobre los Apóstoles en forma de lenguas de fuego. ¿Por qué motivo lo hizo, sino porque es doble el precepto de la caridad: el amor a Dios y al prójimo?
Así como la caridad es una sola y sus preceptos dos, el Espíritu Santo es uno y se da dos veces: la primera, por el Señor cuando vive en la tierra; la segunda, desde el Cielo, porque en el amor del prójimo se aprende el modo de llegar al amor de Dios. De ahí que diga el mismo San Juan: el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (1 Jn 4, 20). Cierto que ya estaba el mismo Espíritu Santo en las almas de los discípulos por la fe, pero hasta después de la Resurrección del Señor no les fue dado de una manera manifiesta.
Homilías sobre los evangelios, 26