La doble humildad de Cristo

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Ahora comprendéis bien. Hay dos clases de humildad en la divinidad de Cristo. La primera es que El ha querido hacerse hombre y ha asumido esta naturaleza, que estaba proscrita y precipitada al fondo del infierno. Ha querido hacerse uno con ella en la unidad de su persona, de suerte que todo hombre, bueno o malo, pueda decir: Cristo, el Hijo de Dios, es mi hermano. La segunda humildad, según su divinidad, es que El escogió por Madre a una pobre joven, no a la hija de un rey. De suerte que la pobre joven vino a ser Madre de Dios, que es Señor de cielo y tierra, y de todas las criaturas. Se puede decir que es Dios quien ha practicado todos los actos posibles de humildad.