Gozo y consolaciones del Espíritu

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Puedes apoyarte confiadamente en este limpio impulso del amor que brota de tu corazón y seguirle donde te lleve, pues es tu guía seguro en esta vida y te llevaría a la gloria de la venidera. Este pequeño amor es la esencia de una buena vida y sin el nada bueno es posible. Básicamente, el amor significa una radical y personal entrega a Dios. Esto supone que tu voluntad esta armoniosamente sintonizada a la suya en una permanente alegría y entusiasmo por cuanto el hace. Una buena voluntad como esta es la esencia de la más alta perfección. El goce y consolaciones del espíritu y del sentido, por sublimes que sean, son meramente accidentales en comparación con ella y de ella dependen totalmente. Digo que son accidentales, porque importa poco el que una persona las experimente o no. Son contingentes a la vida en la tierra, pero en la eternidad serán elementos esenciales de la gloria final del hombre, tan pronto como su cuerpo (que las siente ahora) se una real y esencialmente para siempre con su espíritu. Pero en la tierra el meollo de toda consolación es la realidad íntima de una buena voluntad. Estoy seguro, además, de que la persona que ha madurado en la perfección de su voluntad (al menos en lo que le es posible en esta vida) no experimenta delicia o consolación a la que no pudiera renunciar voluntaria y gozosamente si Dios quisiera. (La Nube del No Saber – Anónimo ingles del siglo XIV)