¿Nos aburriremos en el cielo? Cuando vivimos una alegría inmensa y pura, queremos que dure para siempre. Aquí en la tierra no hay ningún objeto que nos pueda saciar indefinidamente. Con Dios es distinto, la mente encontrará en Él la Verdad y Belleza que nunca acabará de contemplar y nuestro corazón el Bien del que nunca se cansará de gozar.