Encontramos un crucifijo y con un beso le decimos a Dios que está bien, que lo que Él disponga. Es el beso que más cuesta dar. Lo más difícil es dar el primero. Después… ya no se puede vivir sin besar su cruz.
Encontramos un crucifijo y con un beso le decimos a Dios que está bien, que lo que Él disponga. Es el beso que más cuesta dar. Lo más difícil es dar el primero. Después… ya no se puede vivir sin besar su cruz.