El alimento de la oración vocal

1905

A veces, cuando mi espíritu está tan seco que me es imposible sacar un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy despacio un “Padrenuestro”, y luego la salutación angélica. Entonces, esas oraciones me encantan y alimentan mucho más que si las rezase precipitadamente un centenar de veces…