Las efusiones dolorosas que empobrecen acaban siendo beneficiosas porque muestran al hombre su impotencia, su absoluta miseria y le obligan a contar exclusivamente con la misericordia y fidelidad divinas, penetrando así en la auténtica libertad.
Las efusiones dolorosas que empobrecen acaban siendo beneficiosas porque muestran al hombre su impotencia, su absoluta miseria y le obligan a contar exclusivamente con la misericordia y fidelidad divinas, penetrando así en la auténtica libertad.