Mi Cristo roto no tiene cara. Él me dijo: “Tienes que ponerme la cara del blasfemo, del ladrón, del borracho, del asesino, del vicioso… ¿No ves que he dado la vida por todos? ¡Por todos!
Mi Cristo roto no tiene cara. Él me dijo: “Tienes que ponerme la cara del blasfemo, del ladrón, del borracho, del asesino, del vicioso… ¿No ves que he dado la vida por todos? ¡Por todos!