Nuestro pecado jamás debe ser un pretexto para abandonar la oración. ¿Dónde si no, iremos a buscar la curación y el perdón? Lo que le duele a Dios, lo que hiere su corazón, es la falta de confianza.
Nuestro pecado jamás debe ser un pretexto para abandonar la oración. ¿Dónde si no, iremos a buscar la curación y el perdón? Lo que le duele a Dios, lo que hiere su corazón, es la falta de confianza.