De la dignidad del sacerdote

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Si alguien considera atentamente qué cosa significa estar un hombre envuelto aún de carne y sangre, y poder no obstante llegarse tan cerca de aquella bienaventurada y purísima naturaleza; ése podrá comprender cuán grande es el honor que la gracia del Espíritu otorgó a los sacerdotes. Porque por manos del sacerdote se cumplen no sólo los misterios dichos, sino otros que en nada les van en zaga, ya en razón de su dignidad en sí, ya en orden a nuestra salvación.

Sobre el sacerdocio