La verdadera devoción a la Santísima Virgen tiene también varias prácticas exteriores. Estas son las principales:
1º inscribirse en sus cofradías y entrar en las congregaciones marianas; 2º entrar en las Ordenes o Institutos religiosos fundados para honrarla; 3º publicar sus alabanzas; 4º hacer en su obsequio limosnas, ayunos y mortificaciones espirituales y corporales; 5º llevar sus libreas, como el santo rosario, el escapulario o la cadenilla; 6º rezar atenta, devota y modestamente:
a. el santo Rosario, compuesto de 15 decenas de Avemarías, en honor de los 15 principales misterios de Jesucristo,
b. o la tercera parte del Rosario, que son cinco decenas, en honor de:
los cinco misterios gozosos (Anunciación, Visitación, Nacimiento de Jesucristo, Purificación y el Niño perdido y hallado en el templo) o de los cinco misterios dolorosos (Agonía de Jesús en el Huerto, Flagelación, Coronación de espinas, Subida al Calvario con la cruz a cuestas y Crucifixión y Muerte de Jesús) o de los cinco misterios gloriosos (Resurrección de Jesucristo, Ascensión del Señor, Venida del Espíritu Santo, Asunción y Coronación de María por las tres Personas de la Santísima Trinidad).
c. o una corona de seis o siete decenas en honor de los años que, según se cree, vivió sobre la tierra la Santísima Virgen.
d. o la Coronilla de la Santísima Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías, en honor de su corona de doce estrellas o privilegios.
e. o el Oficio de Santa María Virgen, tan universalmente aceptado y rezado en la Iglesia,
f. o el Salterio menor de María Santísima, compuesto en honor suyo por San Buenaventura y que inspira afectos tan tiernos y devotos, que no se puede rezar sin conmoverse.
g. o catorce Padrenuestros y Avemarías en honor de su catorce alegrías u otras oraciones, himnos y cánticos de la Iglesia, como la Salve; Madre del Redentor; Salve, Reina de los cielos, según los tiempos litúrgicos: el himno Salve, de mares Estrella, la antífona Oh gloriosa Señora, el Magnificat u otras piadosas plegarias de que están llenos los Devocionarios.
7º cantar y hacer cantar en su honor cánticos espirituales. 8º hacer de su honor cierto número de genuflexiones 9 reverencias, diciéndole, por ejemplo, todas las mañanas sesenta o cien veces: Dios te salve, María, Virgen fiel, para alcanzar de Dios, por mediación suya, la fidelidad a la gracia durante todo el día, y por la noche. Dios te salve, María Madre de misericordia, para implorar de Dios, por medio de Ella, el perdón de los pecados cometidos durante el día. 9º mostrar interés por sus cofradías, adornar sus altares, coronar y embellecer sus imágenes;
10º organizar procesiones y llevar en ellas sus imágenes y llevar una consigo, como arma poderosa contra el demonio. 11º hacer pintar o grabar sus imágenes o su monograma y colocarlas en las iglesias, las casas o los dinteles de las puertas y entrada de las ciudades, de las iglesias o de las casas; 12º consagrarse a Ella en forma especial y solemne.
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, Capítulo V