El gran secreto del buen arrepentimiento, consiste en soportar con sincera humildad, no la falta misma, ni la injuria hecha a Dios, sino la humillación interior, la confusión impuesta a nuestro amor propio.
El gran secreto del buen arrepentimiento, consiste en soportar con sincera humildad, no la falta misma, ni la injuria hecha a Dios, sino la humillación interior, la confusión impuesta a nuestro amor propio.