Viéndome este buen Dios abusar de todos esos medios, con frecuencia por demasiado apego a ellos y valiéndome del más noble de todos que es mi voluntad, me la pide, y yo se la quiero dar con una entera confianza y abandono en la suya santísima. Y habiendo abusado también de esto, la invención de su amor divino me enseña y permite asirme al más poderoso de los medios que me haya ofrecido para conseguir mi fin, que es su Humanidad Santísima, la cual, con su santa gracia, quiere ser el único modelo de mi vida.