Ordinariamente la oración vocal sigue este camino:
1. Primero tomemos una fórmula de oración ya compuesta; (…) por ejemplo: el Padrenuestro, el Ave María, un salmo, un himno, etc.; y con nuestro intelecto busquemos (…) si esta fórmula de oración puede expresar aquello que sentimos y aquello que deseamos manifestar a Dios en la situación actual en la cual nos encontramos.
2. Nuestra voluntad hace propios estos afectos, los siente en lo más íntimo de ella misma.
3. Como afectos, que ya tomamos como propios, le decimos a Dios, siguiendo con la inteligencia y el amor, las expresiones de aquella fórmula.
Así tenemos la oración vocal.
Extracto de «La oración»
Autor: Antonio Furioli
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