¿Cómo mejorar la calidad de vida con la abstinencia?

2292
¿Cómo mejorar la calidad de vida con la abstinencia?

“No tengo tiempo”, “no encuentro momentos de paz”, “no logro concentrarme”, “no hay un minuto de calma y silencio en la casa”, “estoy demasiado comprometido en el apostolado”, etc. Son frases que escucho con frecuencia cuando me tratan problemas sobre la vida de oración.

 Creo que a todos nos gusta el consejo de N. Valentini:

Contemplad con más frecuencia las estrellas. Cuando carguéis con un peso en el espíritu, contemplad las estrellas o el azul del cielo. Cuando os sintáis tristes, cuando os ofendan,… pasad un momento… con el cielo. Entonces vuestra alma encontrará el descanso».

Abstinencia

Abstinencia es una palabra típica de la Cuaresma. Se refiere a la abstinencia de comer carne los viernes. Muchos se comprometen a abstenerse de hablar mal de otros, de beber alcohol, de ir al cine, de fumar o del chocolate, etc. como un acto de penitencia durante la cuaresma. La abstinencia es renuncia y es también opción por algo mejor. Tal vez la mejor abstinencia sea la que nos  ayuda a mejorar nuestra calidad de vida. 

Hoy es jueves, mañana es día de abstinencia. Nos preguntamos: ¿Abstinencia? ¿Sólo los viernes? ¿Sólo de carne? Pensemos si hay algo de lo cual podamos o debamos abstenernos para encontrar esos espacios de felicidad junto a Jesús que tanto necesitamos. Y abstenernos no sólo mañana, no sólo los viernes, no sólo en cuaresma. Puede ser que algo convenga cambiar en nuestro  ritmo de vida para mejorar la propia calidad de vida.

Activismo

Vivimos distraídos o estresados, tal vez tengamos:

  • Demasiados compromisos y actividades (cursos, deberes, hobbies, eventos, reuniones, etc.)
  • Demasiado trabajo.
  • Demasiadas cosas (distractores) en la propia habitación.
  • Demasiadas necesidades creadas.
  • Demasiada información.
  • Demasiada televisión, radio e internet.
  • Demasiado ruido.
  • Demasiadas interrupciones.
  • Demasiadas fiestas.
  • Demasiada calle.
  • Demasiadas prisas.
  • Demasiados planes.
  • Incluso demasiado apostolado.

El activismo llega a ser una adicción. Ocupados en tantas cosas nos olvidamos del Señor de las cosas. Necesitamos tiempo para estar solos, tiempo para reflexionar y contemplar, tiempo para Dios.

Calidad de vida

Encontré en las misiones a un campesino de nombre Pascual. Un hombre muy trabajador. Siembra maíz, avena y frijol, cultiva limonaria, cría ovejas. Tiene una familia numerosa. Con frecuencia lo hallaba al atardecer tumbado bajo un árbol, contemplando el Pico de Orizaba. Un día me acerqué a él y le pregunté qué hacía. Me dijo: “Es bonito venir aquí ya cansado al final del día, a tirar la barriga, platicar con Dios y escuchar los pajaritos”. ¡Eso es calidad de vida! 

Podemos ser:

  • Menos superficiales, más profundos.
  • Menos dispersos, más focalizados.
  • Menos pragmáticos, más espirituales.
  • Menos materialistas, más contemplativos.
  • Más humanos, más auténticos, más cristianos.

Es cuestión de prioridades. Sentido de lo esencial.

Vale la pena sacar tiempo para estar a solas o en comunidad con Jesucristo. Si estás convencido de ello puedes sacar una libreta, anotar con qué llenas los días y decidir de qué vas  a abstenerte para darle tiempo de calidad al Señor de las cosas. Es cuestión de prioridades. Enfócate en una cosa, enfócate en lo que es verdaderamente esencial en tu vida, en lo que es duradero y que no pasa, en lo que te hace profundamente libre y feliz. Enfócate en menos cosas, simplifica tu vida, disfruta la vida, pero de verdad.

Y no vale decir que no se puede. Sí se puede: «El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.» Jesucristo tuvo un tiempo limitado para cumplir su misión en la tierra y aún así se apartó 40 días para orar en el desierto, se retiraba a la montaña a orar, se levantaba de madrugada, le quitaba tiempo al sueño para estar a solas con Su Padre por la noche… Jesucristo tenía prioridades y obró en consecuencia. Recordemos la respuesta que dio a José y María cuando le hallaron en el Templo después de tres días de estarle buscando: “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” (Lc.2,49)

Párrafo para sacerdotes y almas consagradas

Esto se aplica también para nosotros sacerdotes y almas consagradas, que con mucha frecuencia caemos en el activismo. Tenemos demasiado trabajo, nos estiran por todas partes. Y lo que frecuentemente sale perdiendo es nuestra vida de oración. En el contexto de la cuaresma es bueno preguntarse ¿Dedico a la oración el tiempo necesario? ¿Todo el tiempo necesario? ¿Tiempo de calidad? ¿Hay algo de lo cual conviene que me abstenga para mejorar mi vida de oración?

Si queremos ser lo que tenemos que ser, debemos dar prioridad al ser sobre el hacer. Para hacer apostolado debemos ser buenos apóstoles, es decir, buenos amigos de Dios. El 10 de marzo, hace apenas una semana, decía el Papa a los sacerdotes de Roma: “Rezar y meditar la Palabra de Dios no es tiempo perdido para el cuidado de las almas, sino que es la condición para que podamos estar realmente en contacto con el Señor y así hablar de primera mano del Señor a los demás”.

San Juan de la Cruz es bastante claro al hablar del tema:

Adviertan, pues, aquí los que son muy activos, que piensan ceñir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho harían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios, dejando aparte el buen ejemplo que de sí darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estarse con Dios en oración, aunque no hubiesen llegado a tan alta oración como ésta. Cierto, entonces harían más y con menos trabajo con una obra que con mil, mereciéndolo su oración, y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella; porque de otra manera todo es martillar y hacer poco más que nada, y a veces nada, y aun a veces daño. (Juan de la Cruz, Cántico 28)

Estas decisiones cuesta trabajo tomarlas. Pero hay que poner amor, con la certeza de que «La victoria del amor será la última palabra de la historia del mundo».  (Benedicto XVI)


Autor, P. Evaristo Sada L.C.(Síguelo en Facebook)

El contenido de este artículo puede ser reproducido total o parcialmente en internet siempre y cuando se cite su autor y fuente originales: www.la-oracion.com y no se haga con fines de lucro.