Checklist para las misiones de Semana Santa

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Checklist para las misiones de Semana Santa

Hace cuatro años, al iniciar las misiones de Semana Santa en el Pico de Orizaba, encontré en el grupo a un joven con bastante experiencia y le pregunté: ¿Cuántos años has ido de misiones? 17, me respondió. Pero…, ¿qué edad tienes? 16. Le pregunté: ¿Y cómo es eso? Responde: Voy de misiones desde que mi mamá estaba embarazada…

Este muchacho se las sabía todas. Vi que iba ligero y que llevaba lo esencial. Le pregunté: ¿Tienes una lista de tu «kit misionero» para que no se te olvide nada?

Sonrió y me dijo: Mi mamá me lo ha repetido tantas veces que me la sé de memoria: repelente, gorra, uniforme misionero, ropa, toalla, peine, jabón, tenis, botas, crucifijo, Biblia, sleeping bag, morral del misionero, cuaderno, pluma. Y, muy importante: «ducha misionera portátil».

Noté que este chico tenía un buen hábito en su jornada misionera: Antes de salir cada día a la misión hacía una visita a Cristo Eucaristía para pedirle ayuda. Y al regresar, de nuevo se iba directo ante el Sagrario para darle las gracias y pedirle que cuando murieran las personas que encontró durante el día llegaran todas al cielo.

Realmente este joven tenía sentido de lo esencial.

Testigos, más que maestros.

Como se lee en la introducción de este blog: «O somos testigos, o no servimos como maestros. Y no se puede ser testigo de una idea, sólo de una experiencia.»

Durante los casi 20 años que he ido a misionar, he constatado que las personas esperan de nosotros sobre todo testimonio de vida. Y para ser testigos del amor de Cristo antes tenemos que haber hecho experiencia de él en la oración. Cuánto bien hace un misionero que da buen testimonio y cuánto daño hace un misionero que no da buen testimonio.

Da gusto encontrar responsables de grupo que antes de salir a los senderos y a las calles invitan a los misioneros a estar cinco, diez minutos o más junto a Cristo Eucaristía. Allí, a Su lado, se juega el fruto de la jornada. Es allí donde se ubican y donde caldean sus corazones.

Puede servirles esta oración al Espíritu Santo, por si quieren imprimirla y llevarse una copia para cada misionero de su equipo durante la semana santa:

Oración antes de misionar

«Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres, el cumplimiento de la misión y el triunfo del Reino de Cristo».

Oración al regresar

«Jesús, te lo suplico: que lleguen al cielo todas las personas que encontré durante el día.»

Lo que siento que Jesucristo me pide a mí para las misiones de esta semana santa es: «Ve + alto en la oración: ¡ven Conmigo!».

Y a ti ¿qué te pide?


Autor: P. Evaristo Sada, L.C. (Sígueme en Facebook)

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