La meditación y la contemplación

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Procuremos en este santo ejercicio de juntar en uno la meditación con la contemplación, haciendo de la una escalón para subir a la otra, para lo cual es de saber que el oficio de la meditación es considerar con estudio y atención las cosas divinas discurriendo de unas en otras para mover nuestro corazón a algún efecto y sentimiento de ellas, que es como quien hiere un pedernal para sacar alguna centella de él. Mas la contemplación es haber ya sacado esta centella, quiero decir, haber ya hallado este efecto y sentimiento que se buscaba, y estar con reposo y silencio gozando de él, no con muchos discursos y especulaciones del entendimiento, sino con una simple vista de la verdad, por lo cual dice un santo doctor que la meditación discurre con trabajo y con fruto; mas la contemplación sin trabajo y con fruto; la una busca, la otra halla; una rumia el manjar, la otra lo gusta; la una discurre y hace consideraciones, la otra se contenta con una simple vista de las cosas, porque tiene ya el amor y gusto de ellas; finalmente, la una es como medio, la otra como fin; la una como camino y movimiento, y la otra como término de este camino y movimiento. (Tratado de La Oracion Y Meditacion – Pedro de Alcantara)