Nosotros somos nada; Dios es todo

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Nosotros somos nada; Dios es todo. Hay en nosotros un abismo de miseria; pero hay también en nosotros algo divino. Decepcionados de nuestra pequeñez, nos apoyamos en esa fuerza infinita que se nos entrega. A la confianza en el divino poder que produce en nosotros el don de fortaleza se añade la suave unción del de piedad que nos hace mirar a Dios como a Padre y al prójimo como a nuestro hermano, y el fuego de la caridad que enciende nuestros deseos y acrecienta nuestra audacia.