La caridad siempre es correspondida

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¡Ah!, en la tierra a veces siente el pobre corazón humano la pena de un amor no correspondido. ¡Cuántas veces se ama y no se es amado! En el amor de Caridad no existe jamás ese fenómeno tristísimo, en el amor de Caridad siempre hay correspondencia: “Si alguno me ama, Yo también lo amaré y mi Padre le amará y estableceremos en él nuestra morada”. El que tiene la Caridad tiene a Jesús en su Corazón, lo dice también el Apóstol San Juan: “El que permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él”. Es un amor sin ausencia, es un amor que tiene asegurada la posesión. Pero, si así, ¿no deberíamos nosotros ser constantemente dichosos? Si yo llevo en mi corazón un amor y llevo en mi corazón al Amado, ¿qué me falta para ser dichoso? (El Espíritu Santo)