Muchos de sus discípulos, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza? «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6, 59-61. 68-69).
CONSIDERACIÓN
La crisis es beneficiosa para el discernimiento. El halago ideológico no es compatible con el Evangelio. Jesús no manipula la Verdad. Él revela su propio misterio, aunque escandalice y produzca rechazo. La enseñanza del Maestro no es estrategia para cautivar adeptos, sino revelación que suscita seguidores enamorados.
Nada ni nadie en este mundo complementa el corazón y plenifica a la persona como Jesucristo. Él es el Santo de Dios, el Mesías, la Verdad, la Vida. Él es el pan que sustenta nuestras fuerzas en la travesía de la existencia.
Hoy se nos ofrece el pasaje que describe la decisión de algunos de marcharse por haber querido encontrar en Jesús la confirmación de sus ideas y de su manera de pensar, y la determinación de otros de adherirse de por vida a Jesús en el momento más crítico y de confesarlo como Señor. Es tiempo propicio, a punto de comenzar el curso, de optar.
PROPUESTA
¿Quién es para ti Jesús? ¿Te adhieres a su enseñanza? ¿Reconoces que es Él quien más nos puede alegrar el corazón?
Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consulta aquí su página web) El contenido de este artículo puede ser reproducido total o parcialmente en internet y redes sociales, siempre y cuando se cite su autor y fuente original: www.la-oracion.com y no se haga con fines de lucro.