Lo que creemos verdadero y real no son más que sombras de la realidad que se encuentra arriba, en el cielo. El cielo de la fe cristiana es una persona, Cristo resucitado. Ir al cielo es estar con Jesús.
Lo que creemos verdadero y real no son más que sombras de la realidad que se encuentra arriba, en el cielo. El cielo de la fe cristiana es una persona, Cristo resucitado. Ir al cielo es estar con Jesús.