Dios mío, heme aquí de nuevo con el ánimo de recibir el Sacramento de la penitencia.
Bajo tu mirada voy a examinar mi conciencia…
Dame tu luz para ver mis pecados y tu gracia para que me acerque con toda confianza al sacerdote que está aquí como tu representante…
Ayúdame a conocer bien mis pecados y a encontrar en lo posible la causa…
Haz que los deteste sinceramente y que me corrija…
Virgen María, concédeme ser sincero en mi confesión y renacer a la gracia de una manera más generosa y entusiasta.
Amén.