La meditación será la conversación existencial que tendrá todos los diversos matices de intimidad del alma con Dios, es decir, reflejará el grado de perfección de una persona, y la vida espiritual después será el eco fiel de la oración del que reza.
Tu grado de intimidad en la oración depende de tu grado de fe
Entre santidad y oración hay una estrecha dependencia; normalmente a cada grado de perfección corresponde su grado de oración. La oración es el diálogo que manifiesta el nivel de vida interior de un alma, de su relación con Dios; que habla de toda su vida teologal. El grado de nuestra fe es el grado de nuestra oración; la fuerza de nuestra esperanza y la fuerza de nuestra oración; el calor de nuestra caridad y el calor de nuestra oración.
En los primeros grados de la vida espiritual, el esfuerzo ascético del hombre para desprenderse de las pasiones, de las criaturas y del mundo está en primer plano. La oración será el gran medio que Dios nos da para dejar de ser «principiantes».
Extracto de La oración
Autor: Antonio Furioli
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