Los actos en orden a una sola virtud, por la conformidad y semejanza que tienen entre sí, vienen a ser menos difíciles y laboriosos; porque el uno llama y ayuda al otro, su semejante; y con esta semejanza y conformidad hacen mayor impresión en nosotros, hallando el corazón ya preparado y dispuesto para recibir los que de nuevo se producen. Estas razones no podrán dejar de parecer eficaces y convincentes, si consideras que el que se ejercita bien en una virtud, aprende insensiblemente a ejercitarse en todas las demás; y que una virtud no puede perfeccionarse sin que al mismo tiempo se perfeccionen las otras, por la inseparable unión que todas tienen entre sí, como rayos que proceden de una misma divina luz.(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)