Por otra parte, obrar de este modo es glorificar a Dios, es rendirle un homenaje muy agradable. ¿Por qué? Porque es designio divino que lo encontremos todo en Cristo, y cuando reconocemos humildemente nuestra debilidad y nos apoyamos en la fortaleza de Cristo, el Padre nos mira con benevolencia y con agrado, porque con eso proclamamos que Jesús es el único mediador que a El le plugo establecer en la tierra.
Cristo, vida del alma