Determinación de la Providencia de enviar al Hijo

1946

Compruebo que todo lo que en tu grande determinación vio tu sabiduría eterna que debía hacerse en orden a la salvación del género humano, esto fue lo que tu clemencia inefable quiso hacer y lo que tu poder hoy realizó.

¿Qué has hecho? ¿Qué determinaste en tu sabiduría eterna e incomprensible de modo que cumpliendo tu decisión a la vez fuese obra de misericordia y de modo tan perfecto cumplieras con tu justicia? (Tt 3, 5) ¿Cuál es el remedio que nos has dado? Este es el remedio oportuno: has dispuesto darnos a tu Palabra unigénita para que tomando ella la masa de nuestra humanidad, que te había ofendido, sufriendo después ella misma, diera así satisfacción a tu justicia no por la fuerza de la humanidad sino de la divinidad unida a la misma humanidad. De este modo satisface a la justicia el mismo hombre que había pecado y tu designio se cumple cuando por tu misericordia das al hombre tu Unigénito para que así el hombre pueda librarse de la culpa satisfaciendo por la fuerza de su divinidad.

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