Meditación: Sagrada Familia

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Meditación: Sagrada Familia

Si tenemos en cuenta los diferentes textos de la Liturgia de la Palabra de este día, podemos observar la alusión explícita a las relaciones esenciales que todos debemos ejercitar.

Relación Vertical – Trascendente

Domingo de la Sagrada Familia

El Evangelio narra cómo los padres de Jesús lo presentaron en el Templo, en su deseo de cumplir el deber religioso de agradecer a Dios el nacimiento de Jesús, y acatar así el rito prescrito. «Llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor (de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor») (Lc 2,23).

José y María son ejemplo en su relación teologal y nos invitan con ello a ser generosos con Dios y con quienes nos han precedido. Porque «Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole» (Ecco 3, 2). Santa Teresa exclama: «Solo Dios basta».

Relación de Alteridad

La dimensión horizontal de las relaciones sociales, no es aquella que mantenemos por cortesía o buena educación, que siempre es bueno. En un plano de fe, se refiere al trato fraterno, amigo, respetuoso, impulsado por el amor. Así nos lo indica san Pablo: «sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo» (Col 3, 13).

De manera especial, este día se invita a quienes viven con el vínculo matrimonial al mutuo respeto, sin afán dominante ni posesivo, sino en una relación ungida por el amor y el respeto, dejando ser al otro. «Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa». (Sal 127). Santa Teresa funda pequeñas comunidades de hermanas.

Relación Interior

Contemplamos en María la dimensión íntima del ser, los sentimientos más hondos y difíciles, que cada uno deberemos saber resolver. «Y a ti una espada te traspasará el alma» (Lc 2, 35).

De que se sepa o no interpretar los sentimientos interiores va a depender el crecimiento personal, el proceso de maduración, la adquisición de la sabiduría. Una clave para resolver de manera positiva cuanto acontece por dentro es leerlo a la luz de la Palabra de Dios. Y lo que puede parecer fatalidad, se llega a convertir en participación redentora.

Cada uno somos, en la familia, artesanos de la convivencia y de la paz, según vivamos las relaciones trascendentes, sociales e interiores. Santa Teresa nos invita a entrar en el castillo interior.


Agradecemos esta aportación a Don Ángel Moreno de Buenafuente (consulta aquí su página web)

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