La fidelidad en general no es otra cosa que la lealtad, la cumplida adhesión, la observancia exacta de la fe que uno debe a otro (Teología de la perfección cristiana, §635)
- Cómo perseverar en la oración
Tal vez te haya sucedido que sales de un taller de oración, de ejercicios espirituales o de un retiro con el gran deseo de mejorar tu comunicación con Dios y al poco tiempo vuelves a las mismas... Regresas a los ejercicios el año entrante y después de un mes, otra vez lo mismo.... Y entonces concluyes que los ejercicios o los talleres no sirven, o que la vida de oración no es lo tuyo y te desalientas.
Conviene reflexionar bien dónde está el problema principal para poder poner soluciones adecuadas.
- El silencio en el apostolado (Primera Parte)
¿El apóstol necesita orar?
¿Cuál es la diferencia entre una actividad apostólica y una profesión? ¿Qué diferencia hay entre el trabajo que una monjita realiza en una residencia de ancianos y una asistenta social de la tercera edad? ¿Qué diferencia hay entre un religioso que ejercita su apostolado en un colegio y un maestro del estado? En ocasiones puede dar la impresión que no sabemos responder con claridad y concreción estas preguntas ¿Cuál es la respuesta? La hemos escuchado muchas veces: el apóstol, el consagrado en su apostolado, se sabe y es principalmente instrumento de otro y para otro; el profesional en su trabajo, es y será, ante todo, de y para sí mismo. Profundicemos lo dicho.
- El silencio en el apostolado (Segunda Parte)
Silencio de los frutos
De cara al trabajo apostólico hay un silencio muy necesario: el silencio de los méritos y frutos. Como instrumento debo quedar en el anonimato. Es Dios quien hace posible los frutos: a Él pertenece todo el mérito. Y es cada alma la que, después de una gran lucha, se ha dejado modelar por Dios: a ella pertenece el mérito de la respuesta. Y al instrumento, ¿no le pertenece nada del éxito? Sí, pero no el éxito de los frutos o el éxito de la respuesta, sino el éxito de haber sido puente, pasarela. Y ¿cómo saber si ante los frutos apostólicos me limito a ser puente o voy más allá?
- Nunca dejes la oración
El camino real de la oración
En el libro que Santa Teresa dedicó a las carmelitas de San José de Ávila para estimularlas en el camino de la perfección religiosa, ella dice que es preciso hacer oración “con una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera me muera en el camino … siquiera se hunda el mundo” (Camino de Perfección 35, 2).
Santa Teresa habla de la oración como del asunto que más importa en la vida, como aquél del que depende lo más importante, que es la misma salvación eterna. Ella conocía muy bien lo necesaria que era la gracia de Dios en la vida espiritual, pero al mismo tiempo, por experiencia propia, era consciente del valor de la oración y de las grandes tentaciones de quien comienza a hacer oración tiene que afrontar en el camino.
- Silencio, llamado y vocación II
Castidad, obediencia y silencio
En el artículo anterior, introdujimos el tema de de los consejos evangélicos y su relación con el silencio. Hablé, incluso, de la pobreza y cómo podemos vivir mejor el silencio y el consejo de la pobreza. En esta ocasión, continuaremos reflexionando sobre el silencio y los consejos de la obediencia y castidad.
Obediencia y silencio
Muy similar es la acción del silencio en el consejo evangélico de la obediencia. Sería ligero considerar este voto como la simple renuncia a poder decidir qué hacer o cómo obrar. Este sería el punto de partida, lo visible y externo de nuestra obediencia. La verdadera obediencia es silencio de nosotros mismos y de nuestras facultades.