Mucho hace en los ojos de Dios quien hace todo lo que puede, aunque pueda poco. No mira Nuestro Señor tanto al caudal del hombre, cuanto a su posibilidad y voluntad. Mucho da quien desea dar mucho, quien da todo lo que tiene, quien no deja nada para sí. No es mucho durar mucho en la oración, cuando es mucha la consolación. Lo mucho es que, cuando la devoción es poca, la oración es mucha, y mucha mayor la humildad, y la paciencia y la perseverancia en el bien obrar. (Tratado de la Oración y Meditación – Pedro de Alcántara)