¿Qué ocurriría si Dios realmente reinara en mí? Sabría por mí misma, sin arduas presentaciones, directamente por un encuentro permanente y viviente que Él existe en realidad. Sabría que Él ES por encima de todos los nombres y conceptos humanos… Dios estaría presente en mí y sería, para mí, en todo momento, el punto de partida, el alma y mi única finalidad… Yo sabría estremecida y dichosa, que mi persona humana no es más que la manera en que Dios me llama y el modo que yo debo corresponder a su llamamiento.