Así, purificados interiormente, iluminados y encendidos por el ardor del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Así, purificados interiormente, iluminados y encendidos por el ardor del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.