Necesidad de un maestro experimentado

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La guía de un maestro o starets con experiencia y conocedor de las cosas espirituales, a quien uno pueda abrir su corazón cada día sin reservas, con confianza y aprovechamiento, y decir sus pensamientos y aquello con lo que uno se ha encontrado en el camino de la educación interior, es la condición primordial para la práctica de la oración del corazón para quien ha emprendido la vía del silencio. Sin embargo, en casos en que sea imposible encontrar uno, los mismos Santos Padres que prescriben esto, hacen una excepción. Nicéforo el Monje da instrucciones claras acerca de ello, de este modo: «Durante la práctica de la actividad interior del corazón se requiere un maestro auténtico y que posea un conocimiento cabal. Si no sabes de ninguno, debes buscarlo con diligencia. Si no lo hallas, entonces, invocando con contrición a Dios por ayuda, saca instrucción y guía de las enseñanzas de los Santos Padres y verifícalas por la Palabra de Dios expuesta en las Sagradas Escrituras.» Aquí uno debe también tomar en consideración el hecho de que el buscador de buena voluntad y celo puede obtener igualmente algo útil como instrucción de la gente corriente. Ya que los Santos Padres nos aseguran asimismo que si con fe y recta intención uno inquiere incluso de un sarraceno, éste puede decir palabras valiosas para nosotros. Si, por otro lado, uno pide instrucción de un Profeta sin fe ni recta intención, entonces ni siquiera éste le dará satisfacción.(Relatos de un Peregrino Ruso)