Meditación de la Pasión

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Mientras meditares sobre la Pasión para inspirarte el amor de la paciencia, aplicarás primeramente tus sentidos interiores a sentir con la mayor viveza que pudieres los dolores incomprensibles que sufrió el Señor en todas partes de su sacratísimo cuerpo, y en cada una en particular. De aquí pasarás a las angustias de su alma santísima, meditando profundamente la paciencia y mansedumbre con que sufría tantas aflicciones, sin que jamás se apagase aquella ardiente sed que tenía de padecer nuevos tormentos por la gloria de su Padre, y por nuestro bien. Considéralo, después, encendido de un vivo deseo de que tú sufras con gusto tus aflicciones y mira, cómo, vuelto a su eterno Padre, le ruega que te ayude a llevar con paciencia, no solamente la cruz que entonces te aflige, sino todas las demás que quisiere enviarte su providencia. Movida de estas tiernas y piadosas consideraciones, confirma con nuevos actos la resolución en que estás de sufrir con ánimo paciente cualquiera tribulación.(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)