Yo siento que necesito de toda clase de consuelos y de alivios y en especial de la gracia de tu Hijo ya que de ninguna manera es suficiente lo que puedo ayudarme a mí mismo. Pero tú , oh piadosísima Madre mira mi mezquindad y socórreme de muchas maneras, y en las apreturas reanímame con la abundancia de tus consuelos. Si me viese acosado por algún apuro o tentación, acudiré pronto y sin dudarlo a ti, porque donde más abunda la gracia es más pronta la misericordia.(Kempis – La Imitación de María)