María comparte con Cristo nuestro naciemiento a la gracia

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Pues bien, la obra por excelencia de Jesús, el santo de los santos de sus misterios, es su sagrada Pasión, por el cruento sacrificio de la cruz, Cristo acaba de dar la vida divina a los hombres, y mediante él les restituye su dignidad de hijos de Dios. Jesús quiso asociar a su Madre a este misterio con un carácter especialísimo, y María se unió tan plenamente a la voluntad de su Hijo Redentor, que comparte con El verdaderamente, si bien guardando su condición de simple criatura, la gloria de habernos dado a luz, en aquel momento, a la vida de la gracia.