La verdadera libertad del creyente, consiste en que en cualquier circunstancia, gracias a la asistencia del Espíritu Santo que ayuda nuestra debilidad, cuenta con la posibilidad de creer, de esperar y amar. Nadie se lo puede impedir jamás.
La verdadera libertad del creyente, consiste en que en cualquier circunstancia, gracias a la asistencia del Espíritu Santo que ayuda nuestra debilidad, cuenta con la posibilidad de creer, de esperar y amar. Nadie se lo puede impedir jamás.