La tentación de la autocomplacencia

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Hasta en las virtudes adquiridas, no deja de tentarnos con sus engaños la antigua serpiente, para perdernos. Una de sus más sutiles estratagemas es servirse de nuestras propias virtudes para inducirnos a la complacencia y estimación de nosotros mismos, a fin de que caigamos después en el vicio de la soberbia y de la vanagloria. Para huir de este peligro debes combatir siempre, y mantenerte firme en combatir siempre y mantenerte firme en el verdadero conocimiento de ti misma, reconociendo que nada sabes, ni nada puedes, y que no hay en ti sino miserias y defectos, y no mereces sino la condenación eterna. Procura imprimir en tu espíritu esta importante verdad para servirte de ella, en las ocasiones, como de una especie de fortificación de donde no debes salir jamás; y si te vinieren algunos pensamientos de presunción y vanagloria, resístelos y combátelos como enemigos peligrosos que conspiran a tu perdición y ruina.(El Combate Espiritual, Lorenzo Scupoli)