Cuarto misterio gozoso. La presentación de Jesús en el templo.
«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor» (Lc 2,21-22)
En la circuncisión, se muestra la obediencia a Dios, la aceptación con amor y valor de todos los sacrificios futuros, de la pasión y de la muerte. Está la acogida del nombre de «Salvador», está la sangre vertida por los hombres, ofrecida por ellos con antelación en la Pascua, y la promesa de salvarles ofreciendo la propia vida para la redención. (M.S.E.V., 163)